viernes, 25 de junio de 2010

el lobo y yo

Esta noche he tenido muchos sueños variados. Me he entrenado para saltar en parapente, le he ayudado a un ilusionista a encontrar la música adecuada para su siguiente espectáculo, he conducido un coche desde el asiento de atrás a toda velocidad y sin pegármela, he invitado a Maggie de Doctor en Alaska a mi furgoneta y juntas buscábamos al Doctor... y finalmente el fragmento de sueño que más me ha impactado... el siguiente:
" Iba con mi familia a la consulta de un médico, me recordaba a mi oculista... pasamos largo rato en la sala de espera, fue mi padre primero y luego fui yo. DEntro, la consulta estaba llena de gente, parecía una fiesta campestre, de hecho entrar en la consulta era salir al exterior. Yo me senté en un banco a charlar con otras personas cuando de repente alguien alertó de la llegada del Lobo. Entró por la puerta de la sala de espera, corría a gran velocidad, iba ciego de ira y de hambre.
La gente se asustó mucho y se quedaron inmóviles pero yo no, no le veía peligro, parecía que ni nos viese.
Cuando ya se marchaba yo me giré para observarlo, realmente era un lobo hermoso, pero en ese momento el me miró a mi... nos miramos esa milésima de segundo que sucede tan lentamente que te da tiempo a pensar sobretodo lo que está sucediendo y a reaccionar.

Tras mirarnos se abalanzó sobre mi. No sé de donde, pero yo saqué las fuerzas para contenerlo. Le metí un puño en la boca, muy profundo de modo que no podía cerrarla. Con mi otra mano le agarré las dos patas traseras.
Inmediatamente los que estaban a mi alrededor me ayudaron a contenerlo, eran muchos, así que yo solté al lobo.
En unos segundos el lobo ya se había liberado de todos y volvió a atacarme a mi. Una vez más lo agarré de la misma manera... Pero ya nadie hacia nada por ayudarme... el lobo pataleaba con mucha fuerza y yo sabía que así no iba a aguantar mucho tiempo... Empecé a gritar llamando a mi padre que estaba en la sala de espera..
Mi padre entró a la consulta muy calmado, me miraba pero no hacía nada... Yo le pedía que le pegase un tiro al lobo pero el se negó, ni siquiera estaba preocupado. Ya nadie estaba preocupado porque sabían que el lobo sólo me atacaría a mi.

Durante unos instantes sentí mucha lástima de mi misma, estaba segura de que iba a morir ya que no había manera de que yo con mis manos pudiese matar al lobo...
entonces se me ocurrió algo, pensé que si lo dejaba ciego no podría hacerme nada... Saqué la mano que tenía en su boca, el estaba cansado y lento, yo rápidamente cogí un palo y se lo clavé en el ojo derecho... Mientras se revolvía de dolor yo iba a hacer los mismo con su otro ojo, pero algo había cambiado entre nosotros, entre la relación del lobo conmigo.

El intenso tiempo de la lucha nos conectó de alguna manera muy especial... y empecé a sentirme muy triste por el ojo que ya le había herido. El lobo ya no me atacaba, me miraba triste también...
pasamos un buen rato mirándonos y los dos entendimos que si no le quitase el ojo el acabaría conmigo, para ver tendría que perder la vista...así que él me perdonó y yo me perdoné a mi misma...Ya no éramos enemigos y algo muy profundo nos unía, mi lucha con él me hizo entenderlo.

Luego le ayudé a limpiar la sangre del ojo herido, fue precioso... un momento solo de los dos... el resto de la gente, incluida mi familia, nos miraban sin entender nada pero para nosotros ya no había nadie más allí...
yo estaba sentada en la hierba y el apoyado en mi regazo... el sol nos daba de frente y eso me ayudaba a ver la herida y limpiarla lo mejor posible, ya no había culpas...
pero cuando estaba terminando de limpiarle sentimos miedo los dos por su ojo sano.. sabíamos que algún día se acostumbraría a su nueva visión y su viejo instinto podría regresar y querer matarme de nuevo...
Nosotros no nos hablábamos pero sabíamos perfectamente lo que sentía y pensaba el otro... Ahora el deseaba que yo le cegara el otro ojo, pero yo no quería hacerle más daño, sólo nos quedaba la confianza, aún teniendo en contra la naturaleza ...
el era un Lobo hambriento y yo una cazadora sin miedo...
me desperté un poco triste porque yo amaba aquel lobo y la naturaleza me parecía injusta...

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