sábado, 30 de abril de 2011

LOS SUEÑOS DE ICHI VIAJANDO

Begnas, Nepal 13 de abril de 2011
Los sueños de Ichi
Aunque mi intención para este blog era escribir esos sueños que aparecen mientras dormimos… me ha parecido que viajar es también una manera de soñar, así que aquí mismo quiero dejar la memoria de mis aventuras, pensamientos, sentimientos y todos aquellos momentos e historias especiales para que nunca mueran o el transcurso del tiempo los corrompa.
Ya llevo dos meses de viaje y han sido ya incontables todas las cosas que me han despertado algún tipo de reflexión o emoción, así que desde la distancia intentaré escribirlas lo más fielmente posible.
Empiezo por el principio, por presentarme y explicar porque viajo…Mi nombre es Isabel, soy una soñadora en todos los sentidos, sufro la sed del conocimiento y entendimiento y quiero profundamente aprender a vivir con todo lo que la vida implica y le rodea… en este blog expondré lo más sincera y honestamente que pueda los descubrimientos del viaje.
Muchas son las razones que me han llevado a emprender este viaje y ninguna es más importante que la otra, simplemente han sucedido así. Por un lado hace ya mucho tiempo me propuse dar la vuelta al mundo antes de cumplir los 30, pero en el transcurso de los últimos meses he decidido que prefiero pasarme la vida entera viajando, así que en vez de dedicarle el mundo a un solo viaje, prefiero ir por partes… y ya que el contagio de viaje es una enfermedad incurable (como dice Kapuscinki en el libro que me acompaña) no tengo ninguna prisa. Por lo cual en vez de correr de un lado a otro voy a deleitarme un poco más que cada área. Con 30 años, dos meses y 6 días la zona elegida fue Asia.
Además se han juntado varias circunstancias personales que me empujaban a buscar otra alternativa de vida. Llevo ya 4 años sumergida en la vida laboral… y aunque le he dedicado mi tiempo de estudio al audiovisual con verdadera pasión con la esperanza de algún día poder reflejar mis sueños… el mundo laboral resultó ser otro cosa … Así que el sueño del fantástico séptimo arte se me ha ido deshaciendo hasta aborrecer todo lo que le rodea. He aprendido mucho trabajando, tanto de la vida como de la profesión y de relaciones personales,… pero realmente esa no es la vida que quiero, no de la manera en que he realizado mi profesión hasta ahora. He aprendido lo que se siente teniendo un sueldo mensual y lo que cuesta ganarse la vida… He crecido en un mundo capitalista, aunque quiera evitarlo soy una consumista más, así que el dinero siempre se presenta como una meta a través de la cual conseguir más y más viajes… Pero he aprendido algo que ya hemos escuchado todos, el dinero no da la felicidad. Ahora no quiero trabajar por dinero, ahora me preocupa el tiempo. Quiero emplear mi tiempo de vida en algo realmente útil, quiero sentir que mis esfuerzos de cada día no sirven simplemente para tener un sueldo a fin de mes… quiero vivir convencida de que cada día tiene su sentido, que con mi existencia la vida de otros se ve enriquecida de alguna manera… tal vez sea una pretensión demasiado grande, pero mi única intención es ser buena para los demás y agradecer así algo tan grande como la vida misma. Hace unos días subí hasta el monasterio de Kopán en Kathmandú. En las puertas estaba escrito el sentido de la vida. Que fuerte pensé yo, todos buscamos esa respuesta, y ellos te reciben a las puertas del templo con semejante afirmación… fue muy fuerte también mi alegría al leer que yo ya había encontrado esa respuesta. Decía que si le dedicabas tu tiempo a la felicidad de los demás encontrarías la tuya propia y el sentido a vivir. Por lo cual uno de los grandes motivos de este viaje es encontrar de que manera puedo ser útil, esta tarea se presenta muy muy difícil, así que debo estar muy atenta, escuchar todo, observar todo, ver como se vive en otras culturas, como se ganan la vida otros viajeros… y tal vez así me llegue la inspiración, porque tengo muy claro que no puedo volver al mismo modelo de vida, no funciona y encontrar el motivo del porque no funciona también es una de mis preguntas.
Otro de los grandes motivos por el cual me he decidido por Asia es mi creciente sed espiritual. Llevo soñando cosas increíbles toda mi vida, buscándole una explicación racional, indagando en el psicoanálisis, pensando que tanta imaginación nocturna era producto de una mente enferma que gritaba desesperada por una cura. Ahora sigo mis sueños, mis instintos, como si fueran una bendición y disfruto mucho con ello. Supongo que cada uno ve la realidad como se le antoja, pues yo he descubierto que vivir en una fantasía sea real o no, despierta mi alegría… Aunque ser espiritual no es ninguna fantasía realmente me sumerge en un mundo nuevo lleno de posibilidades…, es aprender a mirar la vida con todo lo mágico que hay en ella, es saber que todo tiene un motivo más allá de los límites de lo puramente lógico, que nada es casual, que la naturaleza entera nos habla y la espiritualidad nos enseña a traducir los mensajes que nos regala. Mi primera aventura de este viaje ha sido un curso intensivo de meditación, en el aprendí que ser espiritual es conocer el “arte de saber vivir y saber morir”. Vaya dos grandes hazañas, dos grandes expresiones artísticas nada sencillas. Yo vivo mi espiritualidad viviendo la vida… no estoy recluida en ningún monasterio o convento… me dedico a observar, observo a los demás y a mi misma, y luego paso a la acción…me muevo y me pongo en nuevas situaciones para ver que sucede dentro de mi misma… con paciencia…y Meditando estoy aprendiendo a entender los funcionamientos de la mente. “La mente” ese personaje inmenso que nos atrapa, nos envuelve y nos engaña muchas veces. Por lo cual otro de mis propósitos de viaje es aprender a trabajar con la mente y el corazón en harmonía. No estoy orgullosa de cosas que he hecho en el pasado… todo nace como un pensamiento y algún día tiene su reacción… quiero mejorar, quiero que de mi mente nazcan creaciones sanas. Creo en Dios, pero en esa palabra “Dios” ya no puedo creer más, así que prefiero decir que creo en el Universo, en la Naturaleza. Por lo tanto para mi ser espiritual es saber escuchar la naturaleza y vivir con ella, en su alegría. Creo que todo lo imaginable es posible de algún modo. Y aunque suene demasiado romántico o incluso rozando la locura, tengo la extraña sensación de que algo he de descubrir en este viaje espiritual, algo me está esperando.
Otro de los grandes motivos del cual no puedo escapar por más que sea un tópico es que soy una mujer de 30 años… y quiero empezar a construir mi proyecto de vida, quiero empezar a sentir que voy en una dirección. Quiero algún día tener familia y de repente la sensación de que el tiempo apremia se ha hecho mayor. .. y creo que para ello he de tener ciertas cosas claras primero… yo no pienso en tener mi piso, estar casada, mi empleo fijo y todas esas cosas que mucha gente cree necesarias. Yo quiero pensar que si algún día voy a realizar tan gran aventura como la de traer otra vida a este lugar y tiempo quiero poder entender primero porque he venido yo a la vida… quiero poder decirle que cosa es el mundo y porque existe en él el dolor… quiero saber enseñarle como se curan las heridas… Muchas veces pienso que tener un hijo es un acto egoísta de una gran irresponsabilidad, es algo para mi propia realización personal… pienso que cuando uno planea tener hijos todavía no los ama, no los conoce, entonces como puede ser que los desee si no es por la propia experiencia, para el propio crecimiento personal. Se suele decir que le debemos todo a nuestros padres, que nos han dado la vida, que nos han criado y alimentado, es cierto, pero creo que debería ser una relación más igualitaria. No soy madre y sé dice que no hay cariño más grande que el de una madre por su hijo, pero al fin y al cabo ese cariño está siendo experimentado por la madre, ese amor tan grande habita en la madre, ¿acaso no es eso una gran fortuna? … claro que quiero sentir ese amor y poder mostrarlo y darlo, entregarlo entero… Pero el amor, ese es otro gran misterio… ¿Cómo se entrega? Es otra de mis grandes preguntas para este viaje. El amor en todas sus expresiones.
Son muchas preguntas que tengo para este viaje y soy consciente que no todas las respuestas están concentradas en siete meses de vida nómada a través de Asia. Este viaje no es de placer, aunque disfruto mucho, es realmente un trabajo muy laborioso que implica estar muy abierta, receptiva, atenta, saber escuchar y saber entender…todo con humildad. Una de las premisas que me he propuesto es aceptar las cosas tal como lleguen, no imponer mi voluntad, no disgustarme cuando la realidad tome caminos inesperados, sólo aceptar y entender la filosofía del movimiento… y ello implica aceptar también mis propias emociones, observarlas sin rechazarlas o atarme a ellas… Seguiré viviéndolo todo desde la fantasía porque esa es mi manera de sobrevivir, pero intentaré que nazca siempre desde la realidad.
Por lo cual, el día 5 de febrero salí de casa con las siguientes preguntas:
¿Por qué el sufrimiento en el mundo y porque tenemos que pasar por el para aprender?
¿Cómo vivir unos con los otros sin hacernos daño?
¿Cómo emplear mi tiempo de una manera útil para la sociedad y ganarme la vida con ello?
¿Qué velo he de descorrer para entender el porqué de una necesidad espiritual?
¿Cómo se entrega el amor?
Y con las siguientes premisas:
Aceptar
Ser humilde
Ser paciente
Sentir y pensar por igual
Disfrutar
Soñar
Y sobre todo VIVIR


Heathrow…7.2.11
En Londres son las 5 y media pm. Estoy frente una cristalera viendo los aviones salir. Cada minuto, más o menos sale uno. A mi lado hay dos niñas con su padre jugando a averiguar que país es el destino de los aviones, America, China, Kenia…etc.
Hay viajes que empiezan un día antes de salir volando, otros, meses antes… pero este empieza muchos años atrás…
Para mi el viaje no es sólo el espacio de tiempo que transcurre entre el primer paso hacia el vuelo y el último tras el despegue… En el momento que se decide partir algo nace dentro, ese algo genera ilusión, motivación, miedos…miles de emociones y pensamientos pasan por dentro sólo con la idea de que algún día se estará viviendo una aventura en un lugar nuevo…
El viaje en el que estoy ahora ha empezado cuando tenía 9 años. Nos habíamos mudados de Outes a Arteixo. Yo pensaba que ya no estaba en Galicia, me sentía como Rosalía de Castro en sus poemas, ya no había ríos, ni fuentes, ni vista de mis ojos… sólo coches, fábricas, edificios feos y gente hostil. Fran, mi hermano, tenía el Tente, piezas grandes de construcción, tipo Lego. Una de las mejores cosas del Tente eran dos pares de ruedas. Así construí mi primera Caravana. Los muñecos de Playmobil eran ideales para las piezas del Tente, tenían sus asientos, sus camas… Así que un día preparé con mis playmobil el viaje que ahora estoy haciendo. La idea era partir hacia el Este, de regreso a mi hogar…
La casa de mis tíos, donde vivíamos era muy grande y tenía dos habitaciones sin ocupar, sólo las usaban cuando venían de Suiza por vacaciones… Así que con la caravana viajamos hacia aquellos cuartos desconocidos en busca de aventuras… Ahí nació mi deseo por viajar…
Mi primer destino hace 11 años fue Londres… ya he viajado mucho desde ese otro Heatrhow… pero este viaje hacia el Este es diferente. Este es realmente una aventura… La gran diferencia con mis playmobil es que yo viajo sóla y aunque una parte de mi está triste por ello, otra sabe que ha de ser de este modo, que hay algo que es para mi y no puedo arrastrar a nadie… a pesar de que he pasado los últimos años buscando en una pareja mi compañero de viajes…y bueno… nunca ha funcionado.
De todos modos aquí estoy ahora, nunca me he sentido más fuerte emocionalmente... tengo miedos, claro… pero tengo más fe, más confianza en el universo que nunca… así que me toca ser libre y dejarme llevar…
Personajes de ayer: Irenita y el hombre Andaluz (Manolo)… descubriendo a Dios en el arte.

2 de marzo de 2011 Sauhara, Chitwan, Nepal…
Hace tres semanas que llegué a Nepal, han pasado rápido aunque a la vez han sido intensas y de todos modos todavía me siento en Galicia, todavía no he me he despegado del todo…



Kathmandu, 31 de marzo de 2011
Ayer se fue Natasha y con su partida la última despedida al Oh my Buddha team… los compañeros ideales para recorrer los Hilamayas en busca del Everest.
Este tiempo con ellos he recordado que la luz y el color de los lugares están teñidos por los ojos de los que te acompañan y comparten contigo la alegría de descubrir. Hoy no me puedo imaginar como sería llegar al Campo base del Everest sin ver a Xavi, Natasha y Kenny conmigo allí…tal vez ellos estén ahora en otras partes del mundo pero en mi mente siguen en los Himalaya…
Sigo viendo a Xavi buscando más mantas por las habitaciones abiertas de los gélidos refugios donde dormíamos, lo sigo escuchando diciendo “Can´t wait” cada vez que Kenny nos alertaba de que lo peor estaba por llegar… en mi mente el sigue jugando una partida infinita a las cartas y engañándonos al “burro” haciéndonos creer que ya lo tiene y acabar retorciéndonos de la risa…el sigue cuidándome mientras yo estoy tirada en el salón del refugio en Tengboche tras una noche de vómitos… Xavi sigue posando pintorescamente delante de una inmensa montaña…el todavía busca por las montes de Namche a Kenny y a Natasha la noche que no regresaban de Gokyo…Xavi sigue diciendo “Bocalayo”, hambre en Nepalí, esperando que así su plato de comida sea muy grande… en mi recuerdo yo misma estoy junto a Xavi a punto de morirme de la risa, sin aire en los pulmones, llorando lagrimones, a punto de mearme, pero sigo y sigo riéndome, con el me olvido que mi estómago no soporta la comida y que por las noches casi no duermo, con Xavi todo sigue siendo alegría… Sus ojos son azules y a su lado mis Himalaya también eran azules. Todavía me sigo riendo cada vez que recuerdo el día en Chitwan, cuando regresábamos de la fiesta de Shiva… el templo quedaba un poco alejado del pueblo y a la ida nos tomó un buen rato llegar.. así que de regreso Kenny propuso lo que parecía un atajo, Xavi todo serio dijo: “ no se os ocurra hacer esto cuando estemos en el Everest”… dando por hecho que nos perderíamos… y sí.. tres semanas después, tras el Chola Pass nos perdimos durante unas 3 o 4 horas en medio de la niebla, vaya aventura, yo superé el record de caídas de culo por minuto… un pastor de Yak nos encontró y todo acabo bien, ahora es una anécdota que podremos contar a nuestros nietos y demás. Gracias Xavi.

Natasha a estas horas debe de estar sobrevolando el Atlántico camino a Dember pero para mi ella está con los ojos muy abiertos disfrutando como una niña ilusionada de cada paisaje, de cada árbol y cada montaña, ella sigue deleitándose con las rocas sin vida, los glaciares, los picos, todo, todo le encantaba… cuando uno ya estaba cansado del mismo paisaje deshabitado ella encontraba algo especial donde reposar su vista y encantarse con la naturaleza y finalmente acababa por contagiar su emoción… estábamos en el techo del mundo, los Himalayas y con ella todo era simplemente maravilloso… Tendría que haberme imaginado su pasión por las montañas el día que me mostró su tatuaje, la montaña Natasha dibuja su cadera y algún día será la cordillera Gran Natasha… Por mis recuerdos Natasha sigue masticando y masticando la comida 48 veces antes de tragar, con ella siempre teníamos sobremesa… ella sigue durmiendo plácidamente en la cama de al lado y a veces, cuando hace mucho frio, en la misma cama…y sigue hablando Japonés, Nepalí, Sherpa y toda extraña lengua… sonriendo, siempre tranquila, siempre serena… con su mochila, casi más grande que ella, siempre adelante… tan pequeñita y tan fuerte… ella dijo que en Kalapatar uno siente que es real el mito de que aquella grandeza de montañas le hace sentirse a uno muy pequeño… en ella se hace real la frase de “ una mujer pequeña pero inmensamente grande”… Juntas hemos recorrido la purificación que supone superarse a si mismo durante la travesía y durante el curso de meditación… asi que en mi recuerdo Natasha no sólo sigue en las montañas eternamente, ella también está sentada a mi lado, como Buda, inmóvil, yo nunca la escucho moverse… verla a ella fuerte, aguantando las horas de dolor de piernas, las mismas piernas que días más tarde tendrían que subir a 5400m. de altura… sentirla a ella a mi lado me dá fuerzas también… Natasha medita para siempre conmigo y las dos seguimos mirando las estrellas por la noche en el cielo de Lumbini, donde Buda nació. Los ojos de Natasha son marrones, como los Himalayas, como las montañas… y en mi recuerdo yo estaré siempre al lado de ella fascinada con su amor por las montañas. Gracias Natasha.

Aunque Kenny esté ahora disfrutando con Xavi de Tailandia él estará para siempre conmigo caminando el último tramo hasta el campo base del Everest… una vez en el campo base me subí a lomos del, sobre su cuello... yo pensaba que tal vez aquel no era el punto más alto del mundo, aún quedaban 3000m. más… pero allí estaba yo, a los pies de la montaña más alta y si me subía sobre Kenny seguro que no habría nadie en el mundo que hubiese estado más alto en aquel punto… nadie hubiese mirado la puntita del pedazo de tierra más elevado subido a alguien tan alto. En mi mente Kenny sigue sacando una y otra vez el mapa para volver a comprobar la ruta que ya nos sabemos de memoria… el sigue preguntando si es posible atravesar el Chola Pass y cuantas horas nos tomará… nunca olvidaré su sonrisa el día que atravesando un lago congelado se cruzó con unos Sherpas cargados hasta no poder más… a lo lejos estaba Kenny, hablando con ellos, luego se giró y sonrió hacia nosotros… el mensaje era claro, aquellos hombres venían de atravesar el Chola Pass y si ellos podían nosotros también… y así lo hicimos y fue increíble. Kenny sigue diciéndome como subir pasito a pasito, como organizar mi mochila, me pide que comparta el peso extra y sigue recordándome que camine derecha para poder llegar al final, al Everest. El todavía sigue contento al ver que a pesar de todo yo conseguí llegar al Campo Base, que los 4 juntos lo hicimos, sigue diciéndome que soy fuerte…Kenny todavía espera que yo diga una vez más la palabra “happy”. El sigue charlando conmigo sobre la posibilidad de un mundo mejor junto a la chimenea en Dragnag…En mi recuerdo Kenny está enamorado de la montaña Amadablan y la mira eternamente. Los ojos de Kenny son verdes, a su lado mis Himalayas eran profundamente verdes. En el mundo de mi imaginación yo seguiré siempre junto a Kenny, observando la naturaleza, con el corazón lleno. Gracias Kenny.

Y yo, yo sigo en cada árbol, montaña, pico, en la nieve, en los ríos, los puentes colgantes, en los rostros de los Sherpas, sus sonrisas dulces, en el cariño de Ama, nuestra abuelita de Namche… también en los momentos débiles, en la angustia de no respirar pero continuar, en las noches de insomnio…sigo enferma mirando por la ventana como los monjes se divierten esquiando en la nieve recién caída… sigo en los cielos más azules y las noches más estrelladas…
Hay muchos momentos inolvidables, muchos lugares que siempre recordaré y ahora estoy inmensamente feliz de poder tener para siempre todo esto en el cajón de mis recuerdos, todo teñido de azul, marrón y verde, como los paisajes en los Himalaya…


Pokhara, 2 de marzo de 2011
Todavía me estaba recuperando del vacío que las despedidas de mis compañeros de trekking habían dejado cuando de repente me hallé a mi misma corriendo colina abajo… Igual que en uno de mis sueños sólo tenía que dar unas zancadas y a los pocos segundos mis piernas ya no galopaban sobre la tierra, lo hacían sobre el aire… No sentí nada de vértigo, nada de miedo, sólo me dejé llevar y la sensación era muy natural, como si lo hubiese hecho toda mi vida, como si volar ya estuviese escrito en mi código genético y una paz inmensa se apoderó de mi.
Junto con la sensación de paz la alegría me llenó de nuevo… hacía unas horas seguía recorriendo los Himalayas mentalmente, pensaba que mi viaje ya había tocado su punto más álgido, pero no… empecé alto, para poder llegar todavía más y más alto… Volvía a tener los Himalayas de fondo, pero esta vez los contemplaba desde el aire y a mis pies el maravilloso lago Phewa Tal lo pintaba todo de verde… Estaba volando, por primera vez en mi vida y sé que no será la última… los últimos años me he sacado el carnet de conducir y con mi furgoneta Fujur aprendí a manejarme por tierra… más tarde, pensando en lo mucho que me gusta viajar decidí quitarme el título de patrón de barco y empecé a manejarme en el mar… ya solo me quedaba el aire y ahora tengo claro de que manera quiero aprender… quiero volar con el silencio y la calma de un parapente… Mi piloto, mi primer compañero de vuelo era además campeón acrobático de parapente. Nos contó que sólo 40 se pueden presentar al campeonato del mundo y él está entre ellos, en tres semanas dejará Pokhara para seguir volando por el mundo con su parapente… Todo era perfecto, estaba volando con un maestro del aire, el día era claro y yo estaba feliz…
Aterrizar fue tan sencillo como despegar… conmigo aterrizó también Frank, mi actual compañero de viaje. Nos conocimos caminando hacia el Everest, nos reencontramos en Kathmandú y finalmente juntos llegamos a Pokhara. La familia de Frank es de Taiwán pero él ha vivido siempre en California, estudia psicología en Yale y con 20 añitos ha decidido conocer el mundo y pasar un año recorriendo el globo… lleva viajando desde noviembre y ha estado realizando voluntariados en Tailandia y Camboya. Con él estoy aprendiendo muchísimo y estoy viviendo Pokhara con mucha ilusión… Los dos nos paseamos tranquilamente por las orillas del lago repitiendo una y otra vez lo increíble que es este lugar tan lleno de flores, tan lleno de vida y de primavera… no nos cansamos de sorprendernos con cada rincón y de gritar a los cuatro vientos que hemos estado volando y que estamos muy felices. Hemos vivido uno de los momentos más mágicos de nuestro viaje (y seguro que quedan muchos momentos más)… mientras atardecía, a las orillas del lago, mientas las primeras estrellas se asomaban en el cielo, en la hierba unas luces empezaban a brillar… las luciérnagas se despertaban y poco a poco fueron llenando de puntos verdes luminosos toda la orilla del lago… había más luciérnagas que estrellas en el cielo, nunca pensé que podría ver algo así jamás… Una de ellas se hizo nuestra amiga y jugaba saltando de las manos de Frank a mis pies o rodillas…
La experiencia de las luciérnagas nos dejó tan fascinados que a la noche siguiente regresamos al mismo lugar con nuestras cámaras… En principio se acercó una tormenta que nos regaló un espectáculo de relámpagos… pensamos que llovería así que dejamos el lugar. A la salida nos esperaban los militares, nos advirtieron de que aquella zona estaba restringida por la noche por pertenecer al ejército. Pero la tormenta nunca dejó caer la lluvia y nosotros, aventureros intrépidos, nos colamos de nuevo en el recinto. Ahora la emoción era doble… no sólo estábamos junto a un lago maravilloso rodeado de cientos de luciérnagas, además estábamos haciendo algo ilegal… no hay nada más divertido que intentar captar la magia y la belleza que aquellos insectos nos estaban regalando a la vez que nos ocultábamos cada vez que las luces de los militares apuntaban hacia nosotros. Finalmente nos vieron y no echaron de nuevo, pero pudimos disfrutar durante al menos una hora de todo aquel espectáculo… y sin duda no hay palabras para describirlo.
En Pokhara todo ha sido así, como en el resto de Nepal, cada día es una sorpresa, nunca sabes si al girar la esquina va a aparecer un camión con gente bailando encima o si vas a encontrar una vaca tomando la siesta en medio de la carretera tan plácidamente. Todo es vida, los niños juegan tranquilos y solos, sin padres controlando cada movimiento, son libres para crear cualquier fantasía. Los hombres caminan cogidos de la mano y las mujeres pasan el día con sus bebés. Los animales interactúan con las personas como alguien más… perros, vacas, gallinas, corderos caminan entre la gente con toda naturalidad. Las mariposas tienen miles de colores y sus tamaños pueden llegar a sorprender, los mismo que los caracoles, tan grandes como la palma de la mano. Obviamente no todo es maravilloso, la pobreza lo tiñe todo, la basura está por todas partes y aunque una esté disfrutando como una niña soy consciente de que detrás de tanta belleza hay mucha miseria y necesidades… Pero luego veo las sonrisas y la amabilidad de la gente y todo parece confuso… ¿porque ríen así ellos y no nosotros?...
Bueno, el viaje continua… ahora me voy a vivir la experiencia de ser granjera en un lugar lleno de árboles frutales con una familia Nepalí, espero poder responderme allí a mi pregunta.
PD…Un día estaba volando y al día siguiente todo eran estrellas, todo eran lucecitas… Frank ya ha recorrido el sudeste del pacífico, me ha contado de las maravillas del norte de Tailandia, de las islas paradisíacas de Malasia y decía que en ningún país encontró nada parecido a aquel mar de luciérnagas…


Dadathar Begnas, 16 de abril de 2011, tercer día del año 2068 en Nepal

Llevo 11 días en el paraíso… muchas veces esa es la única palabra que me viene a la mente para describir este lugar… he pensado que si algún día alguien me pregunta cuál es la fórmula para llegar a un sitio así mi respuesta sería la siguiente: “te lanzas ciego pero confiando a un rincón desconocido del mundo, atraviesas sus senderos de dura e intensa meditación, luego tomas el desvío hacia el techo del mundo, sigues atravesando el cielo, tiene que ser volando en silencio, entre las nubes, sobre los verdes lagos y cuando desciendes te subes al primer autobús y seguro que la siguiente parada es el paraíso”…
Cuando Surya (que significa SOL en sánscrito), mi padre nepalí, me preguntó que si quería ir en el techo del autobús no me lo pensé dos veces y así empezó esta aventura… volar en un parapente con un maestro del aire no genera ningún subidón de adrenalina, pero ir en un bus que lleva cinco veces la cantidad de gente que podría albergar mientras trepa por las serpenteantes carreteras o mejor dicho, caminos de barro, entre precipicios, eso sí es emocionante. El gran subidón de adrenalina llega cuando acaba de llover y la tierra está toda removida y el bus se inclina tanto hacia los lados que todos los que ocupan el techo nos vemos obligados a escalar hacia el lado contrario de la inclinación para no caernos o para evitar que el bus vuelque…. Mientras me sujetaba fuertemente ya pude saborear la sensación de que algo grande me estaba esperando.
El momento en el que llegué a la que es mi casa ahora estaba lloviendo a mares, pero allí estaba esperándome una taza de té y detrás de ella la sonrisa más dulce del mundo, la de Sabarspatti (la diosa de la educación y las artes) mi madre nepalí… me descalcé y me senté en el suelo con los demás, habría como unas 7 personas en la casa, luego supe que allí solo vivían Surya y mi ama Sabars … De repente, como un fantasma, de entre la lluvia salió Nícolas… así que no era la única extranjera y voluntaria, otro europeo, francés, me acompañaría en esta experiencia… y realmente la compañía de Nicolas ha sido importante para las reflexiones en las que me envuelvo estos días. Nícolas estudió historia y los últimos años era bibliotecario en una escuela secundaria en Francia. Cansado del modelo de educación y de vida emprendió su viaje en septiembre y durante 3 años tiene pensado viajar sin cesar… su meta es Nueva Zelanda, el paraíso para el voluntariado en granjas orgánicas. Él solo tiene interés en trabajar de voluntario, cualquiera otra forma de viajar no le parece interesante… quiere encontrar otra alternativa en la vida y está convencido que lo mejor es vivir en pequeñas aldeas auto sostenibles, por lo cual va recogiendo información y experiencia por donde pasa…y la información que ya ha acumulado ahora ha llegado hasta mi y está siendo de gran ayuda e inspiración…A la vez compartimos intereses espirituales, practica Yoga y cada atardecer le dedicamos media horita a recomponer el cuerpo tras las horas del trabajo físico que supone ayudar en una granja. Nicolas es hombre de pocas palabras y me ha costado un poco sentirlo cercano… los primero días casi ni hablábamos, pero su agencia de viajes todavía no ha podido arreglar los papeles para su visado al Tibet, su próximo viaje, así que tiene que estar aquí una semana más, y finalmente en los últimos días nos hemos envuelto en múltiples conversaciones a través de las cuales intentamos encontrar respuestas a nuestras razones de viajar y observamos atentos como se convive con la naturaleza en este maravilloso lugar. Este lugar Dadathar y sus gentes son realmente la fuente de comprensión que estaba buscando cuando emprendí el viaje.

Mi familia pertenece a la casta Brahman, en Nepal y la India hay cientos de castas… se dividen según el rango social que ocupan y también determinan su profesión… los Brahman de origen se dedicaban a los telares. El mundo de las castas es un complejo laberinto y necesitaría años para entenderlo y desmembrarlo…El gobierno actual ha prohibido la existencia de las castas, o más bien las leyes que sobre ellas se aplican, pero inevitablemente es una costumbre muy antigua que no terminará de un día para otro. Entre las normas que implican pertenecer a una casta están por un lado la imposibilidad de casarse con un miembro de una casta diferente… no deberían tener contacto físico castas inferiores con castas superiores… sólo los miembros de las castas inferiores pueden realizar las incineraciones.. y etc… En mi familia son hindús, ser hindú implica otra serie de normas y reglas, también difíciles de entender y parecen ser infinitas…
En este viaje estoy acompañada por dos libros que me son de gran ayuda para interpretar lo que sucede a mi alrededor, “El hombre y sus símbolos” de Carl Yung y “Viajes con Heródoto” de Ryszard Kapuscinski. En este último encontré una muy buena explicación sobre el Hinduísmo.
El profesor Deussen, gran ideólogo alemán y amigo de Nietzche, según leí, explica el meollo de la filosofía de los hindúes de la siguiente manera: “el mundo no es sino maya, una ilusión. Todo es ilusorio, con una única excepción: mi propio yo, mi atman…Al vivir, el hombre siente que es todas las personas y todas las cosas, así que no puede anhelar nada pues tiene todo lo que es posible tener, y al sentirse todo, no puede hacer daño a nadie ni a nada pues nada hace daño a uno mismo”. Deussen reprende a los europeos: “la pereza europea –se lamenta- intenta dar de lado el estudio de la filosofía india”, tal vez porque a lo largo de sus cuatro mil años de existencia dicha filosofía no ha dejado de ser un mundo tan gigantesco e inabarcable que intimida y paraliza a todo entusiasta temerario que trate de abarcarlo y profundizar en él. Por añadidura, en el hinduismo la esfera de lo incomprensible es infinita y la diversidad de que está llena se basa en los contrastes más llamativos, extraordinarios y mutuamente excluyentes. De la manera más natural, cualquier concepto se convierte en su contrario, las fronteras de las cosas terrenales y de los fenómenos místicos fluctúan y resultan indefinibles, una cosa pasa a ser otra o pura y simplemente, también lo es, la existencia se vuelve inexistencia, se disgrega para convertirse en el cosmos, en la omnipresencia celestial, en el sendero divino que desaparece en las profundidades de la abismal nada. El hinduismo entraña un número infinito de dioses, mitos y creencias, cientos de escuelas, orientaciones y tendencias, decenas de caminos de salvación, de senderos de virtud, de prácticas de pureza y de reglas de ascetismo. El mundo del hinduismo es tan inmenso que da cabida a todas las personas y todas las cosas, a la aceptación mutua, a la tolerancia, la convivencia y la unidad.
“La unidad” es una de las grandes respuestas que estoy encontrando en mi experiencia nepalí. La teoría de que todos somos uno ya me la conocía, pero la sensación real de la unidad está tomando ahora su sentido. Mientas caminaba entre los Himalayas también tuve muchas conversaciones y grandes reflexiones… una de ellas, que se me ha quedado grabada en la cinta de la memoria, fue con Natasha. Me contaba que antes de emprender su viaje leyó el libro del Dalai Lama sobre la búsqueda de la felicidad… me explicó que en el libro expone que la felicidad es el resultado de la unión, de los lazos entre personas. Que cuantos más lazos y más fuertes sean estos, más feliz se encuentra uno. En nuestra civilización occidental evitamos los lazos, evitamos la unión. Preferimos vivir en nuestro cubículo y tener la menor relación posible con el exterior… todo se construye para poder vivir de manera independiente, sin la necesidad de los demás. El resultado es un número creciente de depresiones, mucha insatisfacción vital y pérdida de valores que generan más y más sufrimiento. Mientras vivía la experiencia de la travesía con mis tres compañeros ya reflexioné mucho sobre estos lazos… pude observar como aquella experiencia se convirtió en algo especial por el único hecho de estarla compartiendo, sentía hasta pena por aquellos viajeros que iban solos, …¿quién les cuidaba cuando estaban malos, con quien se reían, con quien se dejaban atrapar por conversaciones sinceras, quien observaba a su lado con alegría aquellos paisajes?… He caminado sola anteriormente y también ha sido especial, no lo niego… pero aquellos lazos que surgieron entre los 4 realmente me sirvieron como muestra de que sin duda TO SHARE IS TO LOVE (compartir es amar, decía siempre Xavi) y cuando terminamos la travesía me sentía realmente plena y feliz. Pero también pensé que era natural, era parte del viaje, era subir al campamento base del Everest… es decir, había mucho componentes extras que reforzaban la sensación de unión, de lazos y de felicidad. Pero ahora estoy aquí, observando cómo viven el día a día, como se cuidan, se miran, sonríen, y comparten la vida la gente de Dadathar. Hay una gran limitación que impide que mi observación sea clara y completa, el idioma. La gran barrera de la comunicación, pero aun así se puede leer mucho tan solo por la expresión. Aquí estoy viendo y experimentando en mi misma como trabajan los lazos de los que habla el Dalai Lama.

La modesta casita de mi Bua y mi Ama tiene un patio al frente que casi nunca está vacío. Se levantan a las 6 de la mañana, con el amanecer, y a los pocos minutos empieza a llegar la gente… vecinos, niños, ancianos, incluso acogen a extranjeros en ruta a cualquier hora y les ofrecen un té. Hay dos grandes comidas al día, una sobre las 10 de la mañana y otra sobre las 7 de la noche, en medio compartimos muchos tés… y mis padres nepalís nunca nunca están solos a la hora de la comida, la comparten con cualquier vecino… Hoy mismo, yo estaba absorta en la lectura y me senté afuera a comer solita, pero mi Ama no tardó ni un minuto en reclamarme al pequeño cuarto de la cocina para compartir el rato con los demás… allí estaba también Vishnu, una vecina que trabaja todos los días con ellos, y su hijo. Los 5 sentados en el suelo, apiñados, pero juntos.
El trabajo en el campo siempre es compartido… nadie se va sólo a buscar ramas al bosque… vamos todos juntos, tranquilos, sin prisa, cantamos, bailamos… paramos para charlar, esperamos a otros vecinos que nos encontramos por los caminos y entre risas regresamos cargados a casa. Ayer cargué por primera vez con dos sacos amarrados a la cabeza… pero quien se para a pensar en el sofocante calor o en el peso, mientras camina por los bosques haciendo el payaso todo el día… y aunque yo disfruto porque viajo y todo es una sorpresa puedo ver que ellos siempre se ríen, siempre buscan la broma… La semana pasada trabajamos muy duro separando las lombrices del compost para reutilizarlas de nuevo o para venderlas (a 15 euros las 100 lombrices)…. En principio me encantó tener las manos de lleno en la tierra… la sola idea de pensar que así empieza toda siembra, por la tierra fértil ya me tenía ilusionada… y me miraba a mi misma rodeada de todas aquellas señoras y niños vestidos de múltiples colores brillantes, veía las lombrices colándoseme por los dedos de los pies y haciéndome cosquillas y con eso me bastaba… pero a las pocas horas mi visión cambió… llevaba demasiado tiempo con la espalda encorvada, me dolía, estaba haciendo mucho calor y no entendía nada de nada de todo lo que hablaba aquella gente con tanto entusiasmo. Pensaba que 3 semanas trabajando de aquel modo iban a ser una tortura… durante dos días mi mente no dejó de lamentarse…pero luego me dejé llevar por el espíritu de los demás. Tal vez yo no podía hablar, pero podía imitar sus juegos… intenté aprender alguna canción nepalí… Nicolas, que ya había sido voluntario en otra granja se sabía unas cuantas y cada vez que cantaba las mujeres se deleitaban y se reían con su pronunciación…(La música, el deporte y el baile son cosas que nunca fallan en la comunicación con otras culturas cuando la lengua lo impide)… mientras ellos cantaban yo bailaba y les encantaba… cada día me piden que baile. Aunque nunca cesamos de trabajar, siempre que pueden se hacen bromas, se tiran agua o se cuelan una lombriz por medio de la ropa… y así, bailando, siguiendo las pautas de sus juegos, sin tensión al trabajar, empecé a sentirme cada día más unida a todos… empecé a entender porque sus sonrisas todavía parecen las de un niño pequeño.

Otro día, mientras trabajábamos, un niño vino corriendo a avisar de algún problema… las mujeres corrieron a ver que sucedía, yo fui detrás… llegamos a una casa vecina y en el suelo estaba tendida una mujer que se lamentaba de dolores fuertes. Cuando llegamos estaba rodeada por los niños del pueblo, entre ellos Kirty, la nieta de mi Bua y mi Ama… Kirty le tenía cogida la mano y se la masajeaba constantemente… luego el resto de las mujeres continuaron masajeándole los pies y las manos… Son puntos de energía y con el masaje intentan aliviar el dolor. Al rato llegó Surya, mi Bua, que también es sanador, practica Reiki y empezó a rezar y a limpiarle la energía. La señora tenía apendicitis, y según Surya el espíritu de un muerto, el cual nunca recibió un entierro apropiado, estaba molestándola… él echó de allí el espíritu y el dolor de la mujer disminuyó. Mientras todo esto pasaba Nícolas y yo observábamos atentos cada movimiento de cada persona. Nos sorprendió que lo niños estuviesen allí como uno más… ¿niños envueltos en situaciones dolorosas?, observando como una mujer se lamenta y llora en el suelo?... esto es algo que nuestra civilización no aceptaría… pero aquí los niños son como todos… porque en el fondo todos son niños… se les cuida y se les da cariño como a un niño, pero también forman parte de cada proceso que vive un adulto, sí, también trabajan, poco, pero lo hacen y lo curioso es que parecen deseosos de poder ayudar, no es una obligación, no es un drama…
Kirty, la nieta de mis padres… es un terremoto. Tiene casi 10 años y todos los días le da una rabieta… pero Sabars y Surya nunca la reprenden… le regañan un poco, pero ni la castigan, ni le gritan, incluso a veces se ríen de su mal humor… y después de que a Kirty se le pasa la rabieta la abrazan con ternura, como si nada hubiese pasado y en verdad nada ha pasado… simplemente es una niña…. Porque aquí los niños son niños… no son objetos delicados, no viven en una burbuja de protección extrema… y a la vez que son niños también son una persona más que forma parte del círculo de la vida… Pero Nicolas está ciertamente muy preocupado por estos niños… porque nuestro mundo occidental, que todo lo abarca, llega hasta estas tierras también… y estos niños que hoy juegan felices subidos a los árboles el día de mañana van a querer una consola porque creen que el tipo de evolución en la que nosotros vivimos es mucho mejor que la realidad que ellos tienen… se sienten inferiores…quieren progresar, quieren ser como nosotros con todas nuestras comodidades… y por eso en la aldea casi no hay hombres… porque están emigrados en Kuala Lumpur o Qatar… o en Nueva Zelanda, como el hijo pequeño de mis padres Nepalís.

Volviendo a la “unidad”… estos pocos días que llevo aquí he llegado a la conclusión de que es cierto, los lazos, hacen felices a la gente… cuantos más lazos mejor… aquí no existe el espíritu individualista… todos trabajan por la comunidad… todos se preocupan porque todos tengan lo suficiente para vivir… para que esto funcione no tiene que existir tampoco la competencia… nadie quiere ser más que el otro, solo quieren estar juntos y saber que todos están bien. Por lo cual nadie está tenso trabajando y el trabajo es sólo un requisito de supervivencia ya que viven de lo que cultivan, incluso el gas de la cocina proviene del estiércol de los búfalos mezclado con agua. Yo vivo cada día aquí como un regalo… como si el universo me quisiera mostrar como funcionaria otra fórmula de supervivencia. Además también está la naturaleza en todo su esplendor… medito bajo un bonito árbol cada mañana y cuando abro los ojos tras meditar me paso largo rato contemplando el lago y sus montañas… nos lavamos la cabeza y la ropa en fuentes repletas de ranas que no se asustan cada vez que meto mi jarra en el agua…me despierto con el sonido de los pájaros cuando rompe el amanecer… estoy descalza casi todo el día porque en el suelo solo hay tierra, piedras y hierba…he aprendido a comer con las manos y aparte de divertido he descubierto el tacto de la comida cocinada… Con todo esto, que suena maravilloso, me pregunto si yo misma podría vivir así el resto de mi vida y no lo sé… todavía no lo sé… todavía no sé cuan profundo está en mi la necesidad de tener más y más…esto es oriente y yo pertenezco a donde pertenezco, por eso nací allí… aunque sé que nuestras abuelas no vivieron una vida tan dispar a la que ahora yo estoy experimentando. La gran diferencia del modelo de vida de nuestras abuelos con esta tal vez solo sea la religión y sus distintas normas, pero que sin duda marcan muy fuertemente las pautas de comportamiento…este es otro tema, para tratar otro día…
Ayer fue un día muy especial para mi…tomamos el té de las 8 en casa de Radika, una vecina muy simpática… luego sembramos café todos juntos… más tarde nos adentramos en el bosque para recoger hojas secas para el compost… a la vuelta cargué por primera vez dos sacos atados con una cuerda y sujetándose en la frente y me resultó bastante cómodo… y de regreso Radika y Vishnu me regalaron un traje Nepalí y me hicieron una sesión de fotos con él puesto… yo saco fotos de todo constantemente, pero ahora eran ellas que me decían a mi donde colocarme y como, fue muy divertido y muy tierno… al atardecer fui a meditar y cuando terminé, mientras contemplaba el paisaje, tan contenta, con mi nuevo traje de colorines, un niño se acercó y me regaló unas moras, que aquí son de color naranja intenso aunque saben igual que nuestras moras negras. Creo que ya puedo decir que nuevos lazos se han generado…aquí todos me llaman SISTER (hermana) y así lo siento, todos somos como hermanos… ahora empiezo a entender y a sentir de verdad que es la unidad y porqué, como dice la filosofía hindú, si uno es todos no puede hacerle daño a nada porque nada se haría daño a si mismo…



Dadathar, 21 de Abril de 2011… día 8 del año 2068 en Nepal

Hace unos días llovió con mucha fuerza, luego cayeron pedazos enormes de hielo y todo acompañado de un número infinito de rayos… Estuvo lloviendo y granizando por 4 horas. Al principio yo lo disfruté mucho, todos estábamos a salvo resguardados al abrigo de la casita. Junto con muchos vecinos mirábamos el cielo y el río que se generó en el patio, y los niños recogían el hielo y luego le daban forma. Pero el granizo se alargó más tiempo de lo común y Ama y Bua empezaron a preocuparse por la cosecha, me decían que todas las frutas de temporada se perderían. Al día siguiente las noticias fueron peores, en el lago 4 personas murieron alcanzadas por un rayo mientras lo cruzaban en barca. Ese día bajé con Radika y Vishnu al pueblo, a Pokhara. Por causa de las lluvias el autobús no llegó hasta Dadathar que se encuentra en lo alto de la colina, así que las tres bajamos caminando. Durante 2 horas atravesamos las pequeñas aldeas que rodean el lago y ellas a menudo se paraban a conversar sobre las pérdidas con las gentes del lugar, también vi varios árboles destruidos por causa de algún rayo. Realmente aquello era una tragedia, pero todos los vecinos parecían asumirlo como algo muy natural, y eso me sorprendió bastante. Al llegar a la llanura tomamos un bus y de camino había otro bus volcado, muchos lo rodeaban curiosos y nuestro conductor paró a mirar lo ocurrido. Luego varias de las personas del otro autobús se subieron al nuestro y con ellos traían un pedazo del parabrisas intacto del bus volcado. Arrancamos muy rápidamente… Yo todavía no entendía que pasaba, si había muertos o si todos estaban bien… y no podía entenderlo porque unos tenían cara de preocupación y otros se reían… Acabábamos de dejar atrás un gran accidente y nada cambiaba, en sus rostros la preocupación no duraba más de un minuto…. Yo me pregunto si en verdad aquí la gente acepta lo malo que la vida trae como un suceso más, si viven aceptando realmente… Una vez más la lengua es un impedimento para completar la imagen de todo lo que ocurría delante mía, por lo cual, no sé si había muertos o heridos en el accidente, si las cosechas se perdieron de verdad… y porque nadie llora la muerte de las 4 personas de la barca. Y sigo sin saberlo, y no puedo hacer más cosa que aceptar que todo sigue, y que cada minuto no tiene nada que ver con el anterior… ¿será esto parte de la filosofía hindú? ¿Será este el motivo por el cual pueden sonreír cada día con tanta dulzura? ¿será que de verdad nadie vive atado al dolor, sino que lo experimentan como algo pasajero?
La religión, con todas sus normas, que marcan tan profundamente la manera de comportarse de toda una cultura… la religión, como parte del mundo espiritual, es una de mis preguntas en este viaje…

“Religión” viene del latín relegar es decir, volver a unir. Una vez escuché una conferencia del alemán Etkard Tolle donde explicaba bastante bien dos conceptos… cómo nacían las religiones y como nacían las guerras. Lo que se quedó en mi memoria fue la siguiente historia. “Imaginemos que al principio de las civilizaciones, cuando las lenguas se están creando, cuando empezamos a comunicarnos por sonidos, existe un pueblo a un lado de una montaña y al otro lado otro pueblo, que jamás se han visto, por lo cual, cada pueblo ha creado sus propios códigos de comunicación. En ambos pueblos hay una persona que descubre en su interior que está conectado con todas las cosas, que de hecho se siente unido a todo y a todos los que le rodean y que esa sensación le llena de paz y alegría… esa es una sensación mística o espiritual, difícil de entender o explicar a través de la lógica o la razón, pero una sensación muy real y necesaria para sobrevivir en felicidad. En cada uno de los pueblos, a través de sus códigos de comunicación, esas personas comparten su sensación con otras personas, y de repente da la casualidad que los demás también han sentido eso… ¡que gran felicidad, que gran descubrimiento, todos nos sentimos unidos!... de ahí la palabra “religión”, volver a unir algo que se supone que ya estaba unido. En ambos pueblos la gente empieza a experimentar sensaciones místicas, inexplicables para la lógica, unos tal vez tengan una experiencia mística junto a una piedra y otros tal vez junto a un árbol, así que en uno de los pueblos empiezan a adorar a las piedras y en el otro a los árboles. Y así, poco a poco, con el transcurso de los años, en cada uno de los pueblos, se van construyendo sus propias tradiciones, a través de sus diferentes códigos de comunicación, con las cuales revivir esa maravillosa sensación mística que les hace tan felices y que les hace sentirse unidos.
Pero un día llega la rueda, empiezan los viajes más allá de los límites conocidos hasta aquel momento. Y la gente descubre que hay otro pueblo más allá de los límites de la montaña. Ambos pueblos empiezan a intentar comunicarse con sus diferentes códigos, y en medio de sus difíciles conversaciones un día empiezan a explicar esa sensación mística que le da sentido a todo. Ambos pueblos tienen la misma sensación, pero no las mismas tradiciones. Unos adoran los árboles y otros las piedra, ¿Cómo puede ser? ¿alguno de los pueblos tiene que estar equivocado?... surge la duda y el miedo porque esa sensación es necesaria para las gentes de cada uno de los pueblos, y si de repente alguien se atreve a decir que nos son las piedras el símbolo mágico que representa su unidad, esa paz en la que vivían se podría destruir, porque no hay una lógica que demuestre sus teorías y sus emociones, es pura fe. Ambos pueblos tienen maneras completamente diferentes de expresar su espiritualidad y aunque sólo sea una manera de expresarla, las personas necesitan aferrarse a lo que ya conocen porque la fe (Fuerza espiritual) no es como la razón, es frágil, hay que sentirla. Así que inmediatamente el pueblo que habita al otro lado de la montaña, del que no se sabía nada hasta hace muy poco tiempo, pasa a ser el enemigo, pasa a ser la amenaza que podría destruir la felicidad y la unidad del otro pueblo… ese pueblo está poniendo en duda las tradiciones por las cuales se vive la unidad… a ese otro pueblo hay que destruirlo… y ahí surge la guerra. Ambos pueblos en el interior de su alma tienen las mismas emociones, ambos sienten la misma unión, pero su manera de comunicarla ha sido diferente… es decir, los códigos que se han establecido en cada uno de los pueblos, probablemente marcados por el clima y la geografía que les rodeen, han sido los que han generado la lucha y el sufrimiento.”

Esta historia se la conté a Nícolas y él la completó. Me ha explicado que históricamente existen dos demonios enfrentados en su propia lucha pero que ambos se alimentan del sufrimiento. Uno es “lucifer”, el demonio de la razón y el otro “satán” el demonio de la fe. Lucifer era el que estaba trabajando duramente cuando la gente empezaba a intentar explicar a través de la razón, de las palabras, algo tan profundo y personal como es la “unidad”. Y tal vez, hasta yo misma esté escribiendo a través de ese mismo lucifer cuando intento explicar cómo me siento viviendo en este lugar… Yo misma pierdo horas intentado razonar el porqué de mis emociones y al final mi única respuesta es que simplemente tengo que sentir… que yo misma he de descubrir que me hace sentir bien y que no… y crear mis propias pautas, que son solo mías, que no debo inculcarle a nadie y que no debo dejar que las pautas que vengan de afuera me hagan dudar… y así vuelvo a caer en lo que Paul Deussen dice de la filosofía hindú “ todo es ilusorio, excepto mi propio yo”. Y aunque la filosofía hindú es tan amplia que da cabida a la tolerancia y comprensión entre todos, tiene sus normas, que son como las normas de todas las religiones… tal vez creadas por “satán”, el demonio de la fe… por lo cual en el hinduismo existe una división tan fuerte como las castas…y la tradición dice, que sólo el primogénito varón puede celebrar el funeral de sus padres, lo que provoca que el hecho de tener sólo hijas sea una desgracia, además que los padres de la novia pagan el costoso matrimonio. Nícolas me contó que en una de las aldeas donde trabajó en la India la señora de la casa, que ya tenía dos hijas, estaba embarazada. Durante su estancia allí la mujer supo que esperaba otra niña y durante una semana entera lloró sin cesar… estaba tan tan triste que finalmente decidió abortar.
La misma gente que acepta la realidad, con todo lo que en ella habita, sea bueno o sea malo, no acepta tener solo hijas porque temen que tras la muerte no tendrán un funeral apropiado y su espíritu vagará como un alma en pena… ritos, ritos y ritos… y porqué nacieron los ritos? En otro documental que vi hace un tiempo explica muy bien que las personas necesitamos de las historias para recordar, son reglas nemotécnicas, que se crearon con la intención de que el hombre entendiese la naturaleza y sus ciclos, de esta manera sabría cuando sembrar y cuando recoger su cosecha…. Y yo supongo que esas historias a lo largo de los siglos se convirtieron en verdades literales y sobre ellas construyeron los ritos. Y los ritos son herramientas empleadas para controlar a la gente, herramientas de poder, generadas por aquellas almas empleadas tanto por lucifer (fuerzas de la razón) como por satán (fuerzas espirituales) para generar más sufrimiento, para infundir más miedo.
Yo aprendí muy pronto a desconfiar de los ritos. De pequeña era una cristiana verdadera, lo sentía de corazón, amaba al niño Jesús y me llenaba de tristeza con su muerte en Semana Santa. De pequeña, a menudo, me quedaba unos días en casa de mi abuela con mi tía y mi prima. Un día, al regreso de misa, mi prima se sentía mal y acabó por vomitar. En la misa mi prima había comulgado, así que para mi abuela el hecho de que ahora vomitase significaba que estaba rechazando el mismísimo cuerpo de Cristo y aquello merecía su castigo. Los ojos de mi abuela se llenaron de rabia y golpeó con fuerza a mi prima. Tengo esa imagen grabada en mi mente. Mi abuela no es una mala persona, pero su fe ciega le hizo creer que aquel pedazo de pan, que representa a un señor que vivió hace dos mil años, es más importante que la salud de su nieta. Aquel día yo no sabía muy bien que pensar, tal vez mi prima no era una niña pura, tal vez fue a comulgar con algún pecado. Pero aquel día, mi abuela, al tiempo que le daba la paliza a mi prima, estaba sembrando en mi alma la semilla de la desconfianza en los ritos. Años más tarde, otro primo mío, me dijo bromeando que yo era el Anticristo en casa de la abuela… y aquello me llenó de orgullo.

A menudo pienso que en las culturas de Occidente se va perdiendo la espiritualidad, la batalla la está ganando la razón y con esa pérdida se pierda la unidad, somos cada día más individuales, tememos a los que nos rodean, no son parte de nosotros, como lo son aquí, nos protegemos continuamente y a menudo nos defendemos atacando. Pero por otro lado en las culturas de Oriente demasiadas cosas se explican sólo a través de una creencia religiosa. En ambos mundos no hay equilibrio, ambos mundos luchan continuamente. En el libro que leo “Viajes con Heródoto” descubrí que esto ha sido así siempre, que hace ya 2500 años, Heródoto, el primer viajero que quiso dejar grabada la historia de la humanidad, empezaba su libro diciendo que quería relatar el porqué de las continuas batallas entre Oriente y Occidente. En ese momento el mundo era mucho más pequeño, y oriente y occidente se dividían en Grecia y Persia. Y Heródoto ya descubrió en su momento que no era ni Persia ni Grecia la causante de los conflictos, sino un tercer pueblo, los fenicios, itinerantes mercaderes profesionales. Los fenicios por aquellos tiempos hacían negocios con el rapto de las mujeres, y el rapto de una mujer podía desencadenar batallas como la de Troya. También dijo que la venganza era uno de los principales motivos por el cual iniciar una guerra. Este libro me está ayudando a comprender la historia y entender que lo que yo pretendo averiguar en un viaje de 7 meses, ha sido ya explorado a lo largo de los siglos y que aunque ahora tengamos bombas terroríficas, aviones y tanques en verdad el ser humano no ha cambiado nada, las pautas de comportamiento son las mismas que hace 2500 años. Hay un fragmento del libro que me gusta especialmente:
“Heródoto es el primero en descubrir la naturaleza multicultural del mundo. El primero en clamar que todas las naturalezas deben ser aceptadas y comprendidas, y que para comprender una, antes hay que conocerla. ¿Qué en que se diferencian las unas de las otras? Pues, sobre todo, en las costumbres. Dime como te vistes, cómo te comportas, qué costumbres tienes, a que dioses adoras y te diré quién eres. El ser humano no sólo crea cultura y vive en su seno. El ser humano la lleva dentro, él es cultura.
A pesar de saber muchísimas cosas acerca del mundo, Heródoto está lejos de saberlo todo. Nunca ha oído hablar de China o de Japón, nada sabe de Autralia y Oceanía, ni tan siquiera presiente la existencia del grande y floreciente continente americano, más aún, más escasos son sus conocimientos de la Europa occidental y del norte. El mundo de Heródoto se limita al mediterraneo, y el Próximo Oriente, inundado por el sol, es un mundo de mar y de lagos, de montañas altas y de verdes valles, de olivo y vid, de mijo y cordero, es una Arcadia feliz que cada pocos años se convierte en escenario de un baño de sangre”.


En resumen, ¿Por qué hay sufrimiento en el mundo? No tengo ni idea… pero siempre ha sido así. Si lo explico de una manera espiritual podría decir que hay dos diablos que lo provocan, si lo explico racionalmente supongo que es el deseo de poder el que lo genera. Y lo que yo creo, en este momento, es que aprender a superar el sufrimiento, como lo hacen mis vecinos de la aldea, es una de las herramientas más efectivas para crecer como persona y crecer nos libera del miedo y cuando no tememos nada somos capaces de ver la luz en un mundo dividido a partes iguales entre la noche y el día, somos capaces de decidir vivir el día y aceptar la noche. Por lo tanto si el sufrimiento no nos ciega de dolor, somos capaces de aprender de la experiencia, las experiencias construyen la memoria, y cuanto más lleno está el espacio de la memoria más fácil nos es entender el porqué de los motivos que nos han hecho sufrir…así la experiencia vence al miedo y sin miedo somos capaces de amarlo todo y por tanto no anhelar nada más. En dos día me voy de este lugar, al que amo, y he de aprender otra gran lección, la de decir adiós, y seguir adelante…


Kathmandú. 24 de abril de 2011

Hoy me han robado mi querida cámara de fotos, ha sido mi mejor amiga en el viaje, siempre conmigo, incondicional… pero se ha ido… como todo, todo es impermanente. Y no sé si en este estado de ánimo debería escribir o no… Pero supongo que estas sensaciones de desamparo, de pérdida, de frustración e impotencia ante un robo son parte del viaje… y acepto esta realidad, igual que acepto las alegrías… y ayer fue un día muy alegre y triste a la vez…. Ayer dejé mi paraíso en la aldea, dejé a mi Ama, a mi Bua, a todos los vecinos y a cada árbol, riachuelo, planta y paisaje de Dadathar.
Como a lo largo de mi corta vida ya he viajado mucho e intensamente, he tenido que despedirme también demasiadas veces…Al principio pensaba “malditas despedidas me están haciendo vieja”, como dice una canción de Calamaro. Pero luego entendí que la nostalgia era producto de un recuerdo querido, que si sentía esa pena era porque había existido también mucho cariño. Así que aprendí a gozar con mi propia tristeza. Y cuanto más triste era la despedida más intenso era mi goce. También entendí que a lo largo de la vida nos encontramos a las personas que debemos encontrarnos, que por algún extraño motivo unos interactuamos con los otros ese preciso momento, para ayudarnos, para hacernos crecer… y también unos salimos de la vida de los otros porque estamos en movimiento, porque seguimos avanzando y es lo más natural… Así que lo que ayer era una despedida mañana será un “hola, me llamo Isabel y tu?... Y el vacío del adiós se convierte en espacio para una bienvenida.

Llevo dos meses y medio de viaje y no dejo de estar sorprendida por el modo en que cada cosa ha llegado hasta mi… Una de mis preguntas para el señor DON VIAJE era encontrar otra alternativa de vida…. Una que me convenciera de verdad… y creo que viviendo y compartiendo las últimas tres semanas en aquella pequeña aldea llegué a sentir lo que parecía más natural y real para vivir.
En los últimos días Nícolas se fue, continua su periplo en dirección a Nueva Zelanda. Su visado para el Tibet nunca llegó, se cansó de esperar y prefirió romper su ideal de viajar sólo por tierra, sin tomar ningún avión, y volar hasta Bangkok. A su partida llegó Anika, de Alemania. Solo tiene 19 añitos y se ha tomado un año de viaje para pensarse bien que estudiar en la universidad. Los últimos 8 meses ha estado de voluntaria en un centro de ayuda a mujeres y luego en un orfanato. Las dos pasamos muchas horas charlando sobre cómo nos imaginábamos nuestras futuras vidas, que camino podría ser el más adecuado. Las dos estábamos en el mismo punto, pero con 11 años de diferencia… Y aunque la edad siempre es una presión, una medida que nos limita, durante el viaje la he perdido… es decir, lo importante es el hacer, la acción, el tiempo en el que lo hagas se vuelve irrelevante si de verdad tomas una determinación y actúas. Así, que como Anika, yo soñé libremente sobre el tipo de vida que me gustaría tener. Las dos queríamos vivir en un lugar como aquel, rodeadas de naturaleza y con un lago cerca, muy cerca. Ella tal vez empiece a estudiar Culturas Asiáticas a la vez que profundiza en la “permacultura”.
Estos días he oído hablar por primera vez de este término y se debe a otra de las grandes visitas. Durante dos días tuvimos en la granja a Cris, Looby, Taia y Shanti, una familia inglesa encantadora. Cris ha trabajado durante muchos años en Nepal, desarrollando proyectos en granjas orgánicas, así que habla nepalí. Con el paso de los años se ha hecho autónomo, ahora vive en Walles con su familia y junto con Looby son profesores de “permacultura”. Dos meses al año vienen a Nepal y trabajan como asesores de diseños de agricultura. Ellos mismos educan a sus hijas, no van al colegio. Con ellos entendí un poco mejor el importante papel que la granja de mis padres nepalís representa en la zona. Frente a la casa los árboles y plantas están todos mezclados y desordenados… nunca sabes dónde pisar, porque en medio de la nada puede haber una planta medicinal… Yo pensaba que era simplemente una costumbre caótica de Nepal, pero no. Uno de los grandes principios de la “permacultura” es la diversidad. En la naturaleza todas las plantas y árboles están mezclados e interactúan ayudándose, nada es casual, cada ser nace donde tiene que nacer. Las plantaciones de Surya son así. Los pequeños árboles de café se abrigan junto a los grandes de la canela, unos se dan sombra, otros drenan la tierra… todo aquello aparentemente caótico genera armonía. Cris nos contó que cuando Surya empezó con sus plantaciones lo tomaban por lunático, además de aquella diversidad había enterrado huesos de búfalo antes de ponerse a sembrar, así la tierra estaría más nutrida. Pero hoy en día Surya tiene un huerto y unos bosques preciosos, que generan muchas variedades de frutas, café, plantas medicinales y da trabajo y sustento a muchos vecinos. Surya sabe comunicarse con el espíritu de la naturaleza, un espíritu muy presente en los poblados nepalís. A menudo se encuentran dos árboles juntos sobre las mismas piedras, esos árboles probablemente estén casados. Celebran las bodas para limpiar el espíritu de la naturaleza.
La idea de Cris es aprovechar los bordes de las terrazas del arroz para plantar algodón. A esas alturas y en esa zona habita un bicho que se comería la planta, por lo tanto, junto al algodón se plantan también girasoles, estos atraen al bicho y a su vez a otro insecto que ahuyenta a ese bicho… así trabaja la naturaleza en conjunto. En una semana los vecinos de la zona recibirán un curso de 5 días para instruirse acerca de la plantación… Pena que ya no estoy… Pero esto de la permacultura me llama la atención… Wikipedia, la describe así:
“La permacultura constituye un sistema proyectado para integrar armónicamente la vivienda y el paisaje, ahorrando materiales y produciendo menos desechos, a la vez que se conservan los recursos naturales (Bill Mollison); es el diseño de hábitats humanos sostenibles y sistemas agriculturales, que imita las relaciones encontradas en los patrones de la naturaleza.
La palabra permacultura (en inglés permaculture) es una contracción de agricultura permanente, como así también de cultura permanente.
Permacultura es un término genérico que engloba la aplicación de éticas y principios de diseño universales en planificación, desarrollo, mantenimiento, organización y la preservación de hábitats aptos para sostener la vida en el futuro.
La Permacultura también es una red y un movimiento internacional de practicantes, diseñadores y organizaciones, la gran mayoría de las cuales se han desarrollado y sostenido sin apoyo de corporaciones, instituciones o gobiernos.
Los ejes centrales de la permacultura son la producción de alimentos, abastecimiento de energía, el diseño del paisaje y la organización de (Infra) estructuras sociales. También integra energías renovables y la implementación de ciclos de materiales en el sentido de un uso sostenible de los recursos a nivel ecológico, económico y social.”

Obviamente, por mi mente, ya se ha plantado una semilla, la idea de algún día tomar uno de esos cursos y empezar a investigar más esta alternativa.
Además de toda la información que esta familia traía consigo, Looby nos hizo una entrevista a Anika y a mi. Nos decía que aunque los principios de la permacultura hoy en día se aplican sobre todo a la agricultura, son principios aplicables a la manera de convivir de las personas. Así que la primera pregunta que nos hizo fue: “ ¿qué significa para ti ayudar a los demás y como se relaciona esto en ayudarte a ti mismo?” … vamos, que dio en el clavo…
A lo largo de la entrevista, que se convirtió sobretodo en una charla, yo le expuse que viviendo allí, en comunidad con los vecinos, compartiendo, interactuando sanamente con la naturaleza, había sentido lo más parecido a una realidad en equilibrio y feliz. Pero luego Anika, completó parte de la información que yo no tenía… ¿cómo se sienten los nepalís viviendo para la comunidad?... Muchos, son felices, se les ve y es verdad… Pero la gente joven empieza a cuestionarse muchas cosas, y quieren cambio, quieren irse. Convivio con una familia 5 meses, y su hermana nepalí decía que… uno vive para la familia, la familia para la comunidad y la comunidad para la sociedad, pero no viene nada en retorno, todo es dar. Anika decía que debía haber un equilibrio, que el individualismo que nosotros tenemos es una suerte, la suerte de elegir. Me contó que hace un mes fue a una boda, una boda nacida del amor. Los novios habían decidido casarse y eran felices, pero ninguno de los invitados lo era. Todo el mundo hablaba mal de la situación y del agravio que habían generado rechazando a las parejas concertadas de antemano por las familias….La tragedia de los matrimonios concertados en Nepal llegó hasta la familia real. En el año 2001 el príncipe mató a sus padres y luego se suicidó porque no le permitían casarse con la mujer que él amaba (también está la posibilidad de que fuese una confabulación de su tío, el actual rey)… Y ya Heródoto contaba que el rapto de las mujeres era, hace 2500 años, uno de las primeras causas por las que iniciar una guerra. Y yo en el 2011 me pregunto, ¿qué relación tiene el amor con el poder? ¿o los matrimonios? ¿Funcionaria la comunidad hindú, de la manera en que funciona en la aldea, si los matrimonios naciesen de la libre elección? ¿será que hay que sacrificar el matrimonio por amor para que cada persona siga cumpliendo su función? ¿tal vez los hindús temen que el amor nos vuelva ciegos y perdamos nuestros propósitos en la vida? Bueno… yo tengo ese temor… todavía no he aprendido a vivir en pareja y en armonía conmigo a la vez.

En resumen, a mí me gusta mirar el lado dulce de la vida, me he deleitado estos dos meses y medio mirando el lado dulce de Nepal, pero hay un lado amargo, y hoy tengo la boca llena de amargura. Pero he entendido algo nuevo, la función de la diversidad. La importancia de que existan culturas tan dispares y personas tan diferentes. Si en vez de pelearnos aprovechásemos los buenos recursos de los que disponen unos y otros, brillaríamos como un árbol sagrado. Vivimos en la era de las comunicaciones, yo misma trabajaba para la televisión, pero en vez de aprovecharlo para saber de lo bueno de la diversidad que otras culturas nos ofrecen, la usamos para regocijarnos en nuestros más bajos instintos. Ahora veo al ser humano como una semilla con mucho potencial que no ha germinado… la naturaleza la riega y le da sol en abundancia, pero nada, no salimos a la luz, y si seguimos así nos pudriremos.
La última pregunta que Looby nos hizo en su entrevista fue acerca de la esperanza. ¿Cómo nos veíamos a nosotras en un futuro y como veíamos ese futuro? Mi respuesta es esta:
Kapuscinky escribió sobre el hinduismo: en el hinduismo la esfera de lo incomprensible es infinita y la diversidad de que está llena se basa en los contrastes más llamativos, extraordinarios y mutuamente excluyentes. De la manera más natural, cualquier concepto se convierte en su contrario. Ahora pienso que esto es aplicable al mundo entero. Y a pesar que de que todo es un gran sin sentido, el pez que se muerde la cola, la espiral infinita… creo que hay muchas grietas por las que entra la luz… las grietas están llenando la oscura casa y algún día se podrá ver con claridad…Individualmente uno puede llegar a esa luz, pero el conjunto todavía no sabe cómo caminar sin pisar a su compañero…. Hoy me robaron la cámara con la que pretendía mostrar que vivir de otra manera es posible, quería que llegase a mis amigos y conocidos un pedazo de las partes buenas que tiene la diversidad de culturas… pensaba, que si sólo una persona, saboreaba lo maravilloso que es descubrir otras maneras de sentir y entender la vida, algo habría aportado en mi deseo de ser útil… esto ha sido una gran bofetada que me ha dejado mirando hacia el lado oscuro, al que normalmente no quiero mirar, pero que es, sin duda, al que hay que ayudar. Y a pesar de la inmensidad de la oscuridad tengo esperanza para el conjunto… y me veo en un futuro viviendo en armonía con la naturaleza, disfrutando de la diversidad de las culturas en un lugar como Dadathar. Ahora me preocupa cómo se llega a esa imagen… y lo único que sé es que se llega sin prisas.
Luego Looby, con la ayuda de Cris, entrevistó a Ama y Bua. Yo trabajaba pelando jengibre y me perdí casi toda la entrevista. Pero al final, Looby le dijo a Ama que se veía en ella una mujer feliz. Ama, dulce como siempre, le dijo que tenía el cariño de su familia, que sus vecinos eran maravillosos y que además tenía la suerte de intercambiar grandes experiencias con los voluntarios, y había conocido a gente de más de 60 países. Mientras decía esto último me miraba y su mirada la llevaré siempre conmigo.
Quiero terminar mi historia de los meses en Nepal relatando el último encuentro con mi querida Ama… “Todos los días comíamos arroz con verduras, (muy sabrosos), pero hace una semana Ama hizo chapattis para todos. Chapatti es una especie de crep, arepa, filloa, etc… Lo acompañamos con verduras y para el final, como postre, teníamos miel. Las colmenas están en la misma casa, en el balcón, frente a mi cuarto...y es de las mieles más sabrosas que he probado jamás. La combinación del chapatti y la miel es una delicatesen… Disfruté tanto comiéndolo que le pedí a Ama el favor de volvérmelo a preparar antes de mi partida. La noche antes de irme tenía mi chapatti y mi miel. Ella se acordó, por supuesto. Ayer a la mañana, mientras hacía mi maleta, Ama entró en mi cuarto ocultando algo bajo la ropa. Había guardado solo para mí un chapati y lo llenó de miel. Me miró con sus tiernos ojos y me dijo… “no good feeling to say good bye, you have to come back”… Ese chapatti de miel me hizo llorar… y cada vez que lo recuerdo se me empañan los ojos… así sabe el cariño, así saben los lazos, así sabe la esperanza… Lloraba y gozaba de alegría… en tres semanas, aquella gente me habían hecho ver como se comparte…como se entregan unos a otros… y tal vez no sea el modelo ideal, pero algo de verdad había en todo aquello. Y también lloraba por la suerte de encuentros que he tenido en Nepal, como cada persona ha dejado una semillita de esperanza…Que más da la cámara si todos ellos quedan profundamente sembrados en mis recuerdos.

Durante la subida al campo base del Everest discutí bastante con Kenny, su pesimismo, a veces, me desmoralizaba… no era capaz de ver esa esperanza, no tenía fe aunque desearía tenerla… más tarde me escribió desde Tailandia, nostálgico por las despedidas, y diciendo que tal vez sí existiese una posibilidad… yo le respondí que pasé tres semanas con tres desconocidos caminando por los Himalayas… y terminé por quererlos tanto que pasé una semana metida en el hotel de Kathmandú sin hacer nada más que extrañarlos. Sé que todos nos sentíamos igual y sólo hizo falta tres semanas para crear esos lazos, sólo hizo falta tres semanas para que Kenny tuviese esperanza… y con él voy a compartir mis siguientes aventuras por el Sudeste Asiático… primera destino Myanmar con escala en Bangkok.